Como jaguar, pantera onca, tigre mariposo o
tigre real se conoce a la especie del individuo cazado esta semana en el
Nordeste antioqueño. En el año se han presentado 14 conflictos entre
felinos salvajes y comunidades campesinas en Antioquia.
Dice Yurley Gaviria, la única profesora de la escuela de la vereda, que hasta los niños dejaron de ir a clases por miedo a los ataques y la zozobra se metió en cada una de las 25 fincas de la zona, en las que empezaron a caer por igual vacas, toros y caballos en las garras del animal.
Aunque la comunidad vio la cacería como una solución a su problema, explica Andrés Ceferino, de la corporación Ambiente Forestal y estudioso en el tema de felinos, que por el contrario la aparición de este animal en una zona poblada es un reflejo del daño que la comunidad le hace al hábitat de la especie.
El problema no solo está en la reducción de un ejemplar de tigre mariposo, tigre real o jaguar, los nombres con los que se le conoce en Colombia la pantera onca, sino que con cada muerte se agrava aún más el problema de desaparición de esta especie porque se disminuye la variabilidad genética.
Explica Ceferino que esta especie es oriunda de América y se distribuye entre Arizona, en Estados Unidos, hasta Argentina, en un corredor natural que antes existía pero que a fuerza de la deforestación de los bosques se perdió el hábitat natural de la especie.
“No hay un registro de cuántos animales quedan en Colombia, se ven algunos en Chocó, porque todavía hay selva, pero cuando entran a Antioquia por el Bajo Cauca o por el Nordeste se ven amenazados y así se corta su corredor natural”, dice Ceferino.
Juan Camilo Restrepo, zootecnista de la Corporación Ambiental del Centro de Antioquia, Corantioquia, explica que el gran problema es que las comunidades solo avisan a las autoridades de la presencia de estos animales cuando no han sido capaces de cazarlos.
Cuando esto ocurre se desplaza un equipo ambiental a la zona para verificar el estado de la población de felinos y como evitar esos enfrentamientos. “La mayoría de veces soltamos presas a la selva y los jaguares entonces encuentran qué comer y se acaban los enfrentamientos con los campesinos, otras veces tenemos que hacer el traslado del ejemplar. Siempre buscamos la protección del animal.
En Amalfi los habitantes dicen haber visto a una hembra con sus crías, la información aún no se confirma, sin embargo funcionarios de Corantioquia realizarán un seguimiento con el fin de establecer la ubicación de estos ejemplares e intentar salvarlos de la muerte.
Ofreció ayuda
El director del Área Metropolitana, Carlos Mario
Montoya Serna, deploró el hecho al tiempo que ofreció toda la
experiencia, conocimiento, servicios profesionales, recursos humanos y
técnicos de la Entidad, así como las instalaciones del Centro de
Atención y Valoración de la Fauna Silvestre CAV, para la protección de
la especie, esto pese a que el hecho se reporta fuera de la jurisdicción
de la entidad. Hasta ahora se investiga si las autoridades competentes
omitieron proteger al animal y si aún quedan más ejemplares en la zona.
El jaguar es un carnívoro félido de la familia de la Pantera y la única de cuatro especies actuales que vive en América. Es una especie clave para la estabilización de los ecosistemas en los que habita; al ser un superpredador, regula las poblaciones de las especies que captura. Los ejemplares adultos tienen una mordedura excepcionalmente potente.
Cortesia: PERIODICO EL MUNDO
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